Desde hace tiempo quería escribir sobre este innovador proyecto, no solo porque es una excelente aplicación gratuita para aprender idiomas, sino porque Duolingo es un novedoso y sostenible modelo de enseñanza basado en el crowdsourcing.

Para empezar, hablemos de su creador: Luis von Ahn. Guatemalteco de nacimiento, entiende como pocos las dinámicas de los países en desarrollo. De ahí que, antes que nada, pensara en la sostenibilidad social del modelo de enseñanza, más allá del negocio.

Y no es que haya pocas aplicaciones en la web para aprender idiomas; pues, fácilmente, se pueden contar más de 50. Sin embargo, la mayoría tiene una versión gratuita insuficiente, que obliga al usuario a pagar, si quiere mejorar su nivel. Una pérdida absoluta de tiempo.

«Es una contradicción», dice von Ahn. Los más pobres tienen que pagar elevados costos para salir de la pobreza. Nunca lo van a lograr. Si no tienen dinero, se debe diseñar un modelo en el que puedan pagar con tiempo. Y eso es lo que plantea Duolingo.

Se trata de recuperar el modelo del aprendiz, en el cual el maestro instruye a su discípulo para que este le ayude en contraprestación. Así, Duolingo enseña a su usuario un nuevo idioma a cambio de las traducciones que este hace. Los recursos vendrán de la venta de la traducción.

El espacio se acaba. Te dejo la aventura de explorar la aplicación. Visítala, úsala y cuéntanos si aprendiste algún idioma o si descubriste algún dato importante para que lo podamos compartir. Si conoces un emprendimiento similar, no dudes en escribirnos para ayudarnos a ser mejores.

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